martes, 12 de noviembre de 2013

Un paso adelante


El talento para hacer cualquier cosa es primordial, pero por sí mismo no es suficiente para alcanzar aquello que nos proponemos. Ser escritor no escapa de esta regla. Siendo cierto que la escritura es un acto íntimo, propio y a menudo solitario, también lo es que para desarrollarse plenamente necesita de los demás. Viviendo en el ecosistema de nuestro ombligo jamás conseguiríamos saber si aquello que hacemos tiene sentido para otros. No comprenderíamos dónde están nuestros límites, cuáles son nuestras carencias, y en sentido inverso qué potencial somos capaces de explorar.
Escribir, lo he dicho otras veces, es un proceso de aprendizaje que no acaba jamás. Una parte importante de ese aprendizaje la desarrollamos solos, a través de la prueba y el error, de arriesgarnos a ir un poco más allá de nuestros miedos o de nuestras presunciones. En la escritura existe también la reflexión, volver atrás cuantas veces sea necesario, ciertamente; pero llegado el momento necesitamos ser valientes y saber cuando es necesario dar un paso adelante.
Otra parte de ese aprendizaje, acaso una parte fundamental, viene de los otros; escribir es observar, comprender y mantenerse a la expectativa sin apriorismos. Escuchar, leer, destilar como si fuésemos una alquitara todo lo que absorbemos y quedarnos con aquello que nos es útil. En este proceso de avanzar, yo le debo mucho al equipo de la editorial Alrevés con los que he publicado "La Tristeza del Samurái" (2011) y "Respirar por la Herida" (2013). Después de ganar un premio importante con mi primera novela "El Peso de los Muertos" (2006) vino esa depresión en el tiempo donde aprendes que aquello que crees haber conseguido se deshace entre los dedos con facilidad asombrosa. Hasta el punto de que, sin dejar de escribir, dejé de confiar en que algún día volvería a publicar. En ese contexto conocí a Alrevés en el año 2010, y fueron ellos los que me devolvieron las ganas de volver a intentarlo. Son innumerables las horas de charla y de trabajo con ellos, las conversaciones sobre literatura y vida con Josep, con Gori, con Ilyia y con Roger. En la senda de mi admirado J.L. Sampedro hemos sido capaces de convertir en real esa máxima de que escribir es vivir.
Me precio de ser amigo sin que ello menoscabe la profesionalidad de todos ellos. 
Por eso, como amigos, como amantes de lo que hacemos, y de un modo honesto, hemos decidido que tras este periplo ha llegado el momento de dar un paso adelante, de abrir horizontes. Por ello os comunico que mi próxima novela  saldrá en 2014 con un sello editorial distinto a Alrevés.
Me siento feliz de anunciaros que me marcho a editorial Destino del grupo Planeta y que cumplo con ello uno de esos deseos que empieza siendo un suspiro para hacerse realidad. Ver el catálogo y la historia de Destino da vértigo... Empezamos de nuevo, y eso siempre me motiva: nueva gente, nuevas formas de trabajar, nuevos retos. Estoy muy ilusionado con el proyecto que me han propuesto Emili y Silvia, y tengo la percepción de que con ellos seguiré ese proceso de aprendizaje y de crecimiento, que en definitiva es lo que deseo. Nada hay más gratificante que las personas que te acogen en su casa lo hagan con toda la ilusión y las ganas del mundo.
Nada está escrito sobre nuestro futuro, y esta etapa será distinta, pero en el presente se pueden poner las bases para que sea lo mejor posible. Y desde ya nos hemos puesto a ello.
Por supuesto, mi relación con Alrevés queda intacta. Ellos, y todos los autores y autoras de esta familia lo saben, y saben que podrán contar conmigo en todo momento, como yo seguiré contando con ellos.
Quiero darle las gracias también a otros sellos editoriales que han mostrado su respeto y su ilusión para que trabajase con ellos.
Gracias a todos.
Y sobretodo, gracias a Antonia. Porque en la vida, hay sueños que se cumplen, pero además de la voluntad, el trabajo y el don, necesitas esa pizca de magia que te traen los otros.

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