viernes, 17 de junio de 2011

SER VALIENTES



Ser valiente es algo que tiene poco que ver con el orgullo, la vanidad, el griterío o el reconocimiento de los demás.

Ser valiente no es vencer al miedo, no temer al fracaso, simplemente es aprender a aceptar que la debilidad forma parte de la fortaleza, que la imperfeción es el camino más seguro hacia la certeza.

No enseñan a desdeñar la cobardía desde niños, nos prohiben llorar, mostrar las flaquezas. Pero al mismo tiempo abruman nuestras espaldas chiquitas con responsabilidades, discursos morales, encumbramiento del trabajo, el dolor y el sacrificio. Nos prohiben ser cobardes pero llenan nuestra alma de temores.

Aprendes con los años que la valentía está lejos de las batallas sangrantes, de los discursos vehementes, del éxito, del arrojo, del dinero. Aprendes que la valentía es levantarte cada mañana y ver que tu sueño, el que sea, sigue ahí, contra viento y marea, dispuesto a cumplirse.

Aprendes la valentía de vencer aún en la derrota, de llorar hasta secarte por dentro y aún así proponerte sonreír, la valentía está en el fracaso, en el paso perdido, en las puertas cerradas que sueñas traspasar.

Ser valiente es pretenderse libre, huir de la comodidad de lo conocido, de las renuncias que nos da el convencimiento de que no podemos hacer más, de que somos incapaces de ir más lejos. Nos vamos conformando con soñar menos y así esos sueños castrados terminan por parecernos suficientes. Pero nos miramos al espejo y debajo de esa sonrisa de claudicación sabemos que no somos nosotros.

Ser valiente es aceptar lo que la Vida te da, no convertir lo hermoso, lo imprevisto, lo extraño en algo que nos asuste ¿Cuánto de bueno perdemos pensando si está bien o está mal, si lo merecemos o no, si podremos afrontar las consecuencias de nuestros actos?

Es más fácil, más sencillo, más humano, respirar hondo, abrir los poros de la piel y decir un fuerte y silencioso "SÍ"

Que nadie castre tus esperanzas con límites imposibles o embusteros, que nadie te engañe diciendo que todo será fácil, que eres el elegido. Nada es fácil, la libertad, menos que nada. Pero si eres valiente, si lo eres de verdad, disfrutarás de cada parada de este maravilloso camino.

De tu actitud dependerá lo que se te ofrezca en el trayecto.

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