lunes, 11 de marzo de 2013

Un escritor asimilado en Bruselas. Respuesta a Jaume Subirana

Que la realidad es una polifonía de momentos que transcurren paralelamente es algo que se sabe. Se sucede que yo vivo un instante con plenitud mientras que al mismo tiempo otros ven ese instante con una perspectiva distinta.
Llego de Bruselas en el avión compartiendo matices y conversación con Matías Énard, escritor francés que vive en Barcelona; curiosamente, venimos intercalando el francés, el catalán y el castellano en nuestro diálogo. A los dos nos parece lo más normal del mundo. Unas filas más adelante viajan también Alicia Gimenez Barlett y su esposo, con los que he pasado una noche de conversación amena sobre cine y experiencias viajeras. Traigo la maleta llena de libros y descubrimientos,  y en fin, regreso con la impresión de que las ponencias han sido muy instructivas, que hemos compartido con el público belga, muy numeroso, una visión muy particular de lo que es la realidad española y, en mi caso, catalana. Literatura, tendencias, y sensibilidades. Otros encuentros me han permitido polemizar desde el respeto con autores cuya visión no comparto por entero, pero en un marco de cordialidad y con ánimo de sumar.
Traigo nuevos proyectos con mis editores franceses, y en definitiva, cuando llego a mi casa en Sant Celoni, ya noche cerrada, me siento feliz.
Y esta mañana, al levantarme, me encuentro con el artículo en el Periódico de Catalunya de Jaume Subirana. Os recomiendo que lo leáis y saquéis vuestras propias conclusiones.www.elperiodico.cat/.../corrida-flamenca-23327...En caché
Al principio he pensado que no valía la pena polemizar, y no es mi pretensión hacerlo, pero creo que por alusiones estoy legitimizado a decir lo que pienso, a riesgo de resultar poco elegante.
Vaya por delante que he leído otras veces a Subirana, y que en general me parece una persona consecuente y de sentido común. Uno puede discrepar desde el respeto y eso siempre es enriquecedor. Tal vez por esa idea que yo tengo me ha sorprendido el tono (quizá no tanto el fondo) de su artículo.
Yo no he pedido ser invitado a la Feria de Bruselas, pero he aceptado acudir con muchísimo placer. Como lo hice cuando se me invitó a Bordeaux en el marco de las literaturas del Mundo, cuya cultura invitada era la Catalana. En aquella ocasión, se me invitó expresamente porque junto a autores en lengua catalana, también se quería mostrar otra vertiente de esa misma cultura que se expresa en lengua castellana. Para mí, es tan importante la una como la otra. Entiendo que si esta vez se me ha invitado a Bruselas es, sobretodo, por estar publicado en francés con una obra que, por las razones que sea, los organizadores han creído interesante mostrar.
Dicho esto, y siendo sincero, lo que me ha molestado (por no decir ofendido) es el tono despectivo, con una intención que me parece insultante del término "asimilado" al que alude el articulista ¿Asimilado por quién, Jaume? ¿Qué quieres decir exactamente? Entiendo que mi condición de ciudadano catalán no viene condicionada por el uso literario que yo haga de la lengua, ni por los orígenes de mi familia o mi lengua materna. Yo nací catalán, así me siento, y así me expreso normalmente. Pero entiendo que dentro de nuestra cultura caben todas las sensibilidades y que el uso del registro lietrario tiene más que ver con una sensibilidad que con una intención de uso político, ideológico o que no sea estrictamente literario. Nací a finales de los 60, así que tuve que esforzarme, y mucho, para aprender a hablar y escribir el catalán y si lo hice fue gracias a una generación de educadores, aquellos del Cavall Fort de nuestra querida Pilarín Vallés, imbuidos entonces de un espíritu que era integrador y no excluyente, y creo que fue de ese modo como se potenció algo que es admirado en todas partes fuera de nuestras fronteras: el bilingüismo, el mismo que me permite hablar con Matías en dos lenguas sin dificultad.
No me considero asimilado, ni menos ni más que cualquier otro. Nadie tiene derecho a decirme lo que soy en función del idioma que utilice para expresarme.Entiendo perfectamente lo que dice Subirana cuando invoca la Constitución irónicamente, y no lo comparto. Como entiendo perfectamente que la lengua merece un respeto, el suficiente para saber cuando no debe ser utilizada como arma arrojadiza.
Las personas que me conocen saben que para mí es un tema muy sensible, que soy profundamente respetuoso con la cultura catalana que se expresa en catalán, pero entiendo que como Marsé, Ledesma, Montalbán, Mendoza o muchos otros yo formo parte de esa misma cosmovisión de la sociedad catalana que se expresa en castellano, y que enriquece lo que nos hace fuertes: la diversidad.
Dicho esto, no entraré a valorar quién debe representar nuestra cultura fuera de nuestras fronteras. Eso siempre será subjetivo. Bien es verdad que próximamente se celebra en París la Feria del libro en cuya mesa dedicada a Barcelona el Instituto Ramon Llull ha considerado oportuno incluir una lista de escritores representativos a su juicio de la diversidad literaria en la que yo no estoy incluído, y bien está que así sea. Quizá esa lista sea más del agrado de Jaume.
En cualquier caso, yo seguiré acudiendo a cuantos lugares sea invitado y procuraré seguir haciéndolo con dignidad.  En cuanto a disquisiciones identitarias, seguiré como hasta ahora, sabiendo quién soy si necesidad de recurrir a posicionamientos que resultan hirientes, y que algún día, si se presta la ocasión compartiré en privado con el señor Subirana.
 

 

1 comentario:

  1. Pues si te ofende el artículo hijo, como decimos por aquí, te la coges con papel de fumar...

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