sábado, 22 de diciembre de 2012

La rebelión del Lector

En un prólogo a la obra de Dostoievski, Justo García Melero cuenta que la primera novela del escritor, Pobres gentes,  fue acogida muy bien por la crítica en Rusia, encumbrándole efímeramente a la fama. Sin embargo, cuando Fiodor publica su segunda novela, esta es rechazada inmisericordemente por el mismo crítico que antes lo elevó a los altares, arrojándole ahora a los infiernos. Aquel crítico se llamaba Bielinski y escribió esto, decepcionado con Dostoievski: Yo, el primer crítico de Rusia, me he portado como un burro. Corría el año 1845 y años después F.D escribiría Los Hermanos Karamazov El Idiota...etc. Pero en aquel momento, la falta de perspectiva de aquel crítico, el primero de Rusia, sumió a F.D en una profunda depresión. Dostoiesvki llegó a tener el reconocimiento de sus contemporáneos, aunque no sabemos si Bielinski asumió alguna vez su profundo error. Probablemente debió hacerlo. En el siglo XIX no existían las redes sociales, la lectura todavía no era un fenómeno de masas, y mucho menos la lectura de literatura Romántica. El único modo que tenían los pocos lectores privilegiados de conocer a FD era a través de la prensa, las revistas especializadas o el patronazgo de las clases más pudientes.
Hoy,  F. D habría tenido que superar un escollo con el que no contaba en su tiempo y que habría irritado profundamente a su mal crítico. El lector.
Los tiempos han cambiado, la lectura se ha convertido en un mercado que mueve un sector editorial de peso indiscutible. Los estrategas del márqueting elaboran estudios, fichas, portadas que lleguen al gran público, y en ello se juegan ( y uno piensa que a veces esto es tan azaroso como la ruleta o el casino) muchos millones de euros. Si analizamos detenidamente la lista de los 20 libros más vendidos ( supongamos un poco ingenuamente que, por tanto, leídos) de este 2012 veremos que sus autores no difieren mucho de los del 2011, 2010, étc. Son los grandes escritores conocidos por el gran público y las editoriales refuerzan con sus campañas la idea de que fuera de este Olimpo queda poco o nada, copando así el mercado de las ventas. Pero hubo un día, al principio, en que también estos escritores tuvieron que empezar a encaramarse a esa montaña que otros ocupaban. Y si lo hicieron no fue gracias al esfuerzo editorial (que casi siempre viene a remolque de un primer gran éxito). Fue por ese, quasi, tautlógico tótem que conocemos por el boca oreja. La recomendación de un lector al siguiente. Tal es, diría, el caso de mi querida María Dueñas, por poner un ejemplo: Una editorial decide hacer una apuesta por su manuscrito y lanza una campaña ajustada a las expectativas, realistas. De repente,( aunque nada ocurre por generación espontánea), cien, doscientas personas encuentran que El Tiempo entre Costuras les encanta, o les desagrada, y se establece una corriente de afinidades o fobias que crece y se retroalimenta por sí misma. Y en este fenómeno juegan un papel fundamental un fenómeno relativamente nuevo y realmente extraordinario: los blogs de lectores (no digo literarios). Ahora el lector siente la necesidad de explicar su experiencia lectora del modo que le apetece, y lo hace sin cortapisas porque no responde a ningún interés espúreo, o al menos no a uno que pueda ser inducido o controlado por otros. La lectura, que es primero una emoción privada, se transforma así en emoción compartida. Y de este modo es como el lector actual ya no juega un papel sedente y pasivo. Ya no se limita a comprar el libro, leeerlo y recomendarlo o no a su círculo más próximo. La posibilidad del blog multiplica el efecto de la opinión exponencialmente. A través del blog de lectura, el lector se convierte en protagonista, hace la novela suya (o la denosta) y la revive una y ciento veces con los demás, formando comunidad, y creando tendencias al margen del autor o la editorial. El nuevo fenómeno del boca oreja, adquiere así una potencia impresionante.
Sin embargo, la hipercomunicación y la interconectividad tiene sus servicias. Todo es cuestionable y opinable cuando de gustos se trata. Demodo que el lector medio aprende a ser precavido, como con aquel amigo que nos recomienda tres veces un libro "buenísimo" y al tercer fiasco decidimos obviar sus recomendaciones.Un libro no es mejor o peor en función de si quién lo ha leído y comparte su opinión en el blog lo describe con mayor o menor brillantez, como tampoco lo es, obviamente, estar entre los más vendidos. Pero ayuda. Una reseña entusiasta y bien escrita incita a leer, como las pilas que se acumulan a las entradas de las cadenas de librerías. Y ese error, lo pagamos de tanto en tanto.
Y es aquí donde nace otro fenómeno que arranca del primero. Los blogs literarios. Sin ser estrictamente críticos, los blogs literarios buscan nutrirse de un cierto rigor en sus comentarios y opiniones, se buscan colaboradores en algunos casos, se hace una lectura que después se analiza en función de ítems iguales para todos los libros reseñados en otros, y en definitiva se trata de no consentirse un simple me gusta o no. Se intenta conocer al autor, buscar sus claves literarias, entrevistarle. Pero lo más importante: le cede el papel protagonista al lector, le da la ocasión de interactuar con la obra y el autor. Esta es la verdadera rebelión del lector: prolongar la emoción más allá de las páginas leídas, expulsar a los autores de su pedestal, apropiarse de la obra, como escribió Tabuchi : El punto y final de una novela es un universo en expansión. En el momento que sale de las manos del autor, ya no le pertenece.
La crítica convencional sigue teniendo peso (y debe ser así, porque marca criterios de calidad que van más allá de la emoción y el gusto) pero no sobre el lector masivamente, como pueden hacer hoy ciertos blogs literarios. Habrá que estar atentos a esta evolución. Las editoriales están comprendiendo que en los blogs hay un gran potencial multiplicador, al menos una posibilidad de "ignición" para una novela, y eso puede condicionar la independencia de dichos blogs. Confiemos que no sea así, y que el único fin del blog sea el que le dio origen. El gusto por la lectura y el deseo de compartir con otros aquello que descubrimos.
Me pregunto qué dirían los blogueros  si hoy apareciera F. D con su segunda novela, Noches Blancas. ¿Tendrían mejor perspectiva de la que tuvo Bielinski? Inquietante pregunta.
Queda hablar en este juego de las librerías, pero eso lo dejaremos para otra ocasión.
 

4 comentarios:

  1. Brillante reflexión, Víctor.
    Quiero leer una de tus novelas. Cuál me recomiendas?

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  2. Yo como lectora, desde luego te recomiendo La Tristeza del Samurái y así ya vas saboreando la próxima que saldrá en enero...Respirar por la Herida.
    Fantásticas tus "hojas"...Víctor.

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