domingo, 12 de agosto de 2012

¿Pequeñas Cosas?

Ayer vi y escuché una entrevista (¡entrevista!) que le hicieron en un canal de televisión privado al alcalde de Marinadela. En realidad no era yo quién quería verlo, pero fue, como dice la canción, "inevitable" No voy a valorar aquí si éticamente, legalmente, moralmente o cómo se quiera es justificable o no la campaña promovida por este señor. Tampoco voy a juzgar sus argumentos, y mucho menos, me voy a meter con su apariencia, como he leído en medios supuestamente serios. Por encima de lo que se decía, lo que me indignó fue la actitud de la periodista (¿?) que hizo la entrevista y después ejerció de moderadora.
Vaya por delante que tanto el canal, como el programa en cuestión, no son precisamente un ejemplo de profesionalidad y de imparcialidad. Me lo podría haber ahorrado apagando el televisor, pero como ocurre con los castigos masoquistas, el asombro y el dolor pudieron más que el desprecio y la indignación.
Yo no he estudiado periodismo, no soy politólogo y no tengo carrera de Económicas. Sin estos argumentos curriculares corro el peligro de que se me tache de ignorante, demagógo, vano y en fin, tormentita de verano. Mea culpa. Pero sí tengo sentido común, orejas, ojos y boca. Y además la fea costumbre de cuestionarme las cosas. Así que entiendo que el ejercicio de un entrevistador no tiene como finalidad descreditar a nadie, inducir un estado de opinión o tratar a toda costa de crear una realidad que sea impuesta como la única posible. Si el entrevistado se desacredita, debe hacerlo por su falta de argumentos, si la gente crea una corriente de opinión debe ser porque dispone del máximo de elementos de juicio. Lo que yo presencié anoche me parece un ejercicio de burda demagogia, de linchamiento premeditado de una persona, preguntas capciosas, medias mentiras, medias verdades, imágenes oportunamente seleccionadas para dirigir los estados de ánimo contra este diputado y alcalde. ¿Se cree usted Jesucristo? ¿Qué pasaría si yo mando a todos los pobres a su casa? ¿Esto no es robar?...y a medida que avanzaba la entrevista mi estupor dejó paso a un sordo dolor, a una pena por mí mismo, por todos nosotros. Porque eso no es libertad de expresión, eso no es serio, no lo es. Por un momento pensé que estaba viendo un programa en la TV americana en los peores tiempos del Marthismo, una caza de brujas burda y soez.
Desde mi ignorancia, pregunto como preguntaría un niño. ¿Porqué los poderes públicos son tan diligentes a la hora de detener a estas personas y se hacen los despistados cuando hay un millón de personas que han sido robadas, estas sí, por las entidades bancarias de este país? se me ocurre que la respuesta es porque los bancos tienen atrapados 35.000 millones de euros en preferentes.
Sigo preguntando con ánimo constructivo: ¿porqué fue tan sencillo modificar la Carta Magna para establecer el techo de endeudamiento del Estado y sin embargo es tan "complejo" modificar una ley hipotecaria que data del sigloXIX? Tal vez la respuesta está en el miedo a la quiebra bancaria si los millones de españoles hipotecados deciden devolver su propiedad tasada por esos mismos bancos en dación por su deuda.
¿Porqué es necesario suprimir ayudas de 400 miserables euros al mes, pero no se puede tocar el baremo retributivo en dietas de diputados y senadores? Quién sabe si será porque ser político en Cortes es más rentable para ciertos individuos que someterse a las leyes del mercado laboral que con tanto ahínco están desajustando a favor de los empresarios.
Acúsenme de simplista, y yo acarrearé la condena, pero escuchando esta entrevista deleznable, me dio por pensar que lo peor de esto no es la crisis, ni española, ni autonómica, ni europea, no es el paro, no es la corrupción, la manipulación a todos los niveles que desvirtúa el sentido de lo Público. Con todo, lo peor es que las personas que encarnan el Poder no son buenas personas en el sentido vocacional. No es un medio ostentar el Poder, es una finalidad. Como el triste papel de esta periodista cuyo nombre ni siquiera he querido buscar. El problema de raíz está en la condición humana de las personas que hoy gobiernan el Mundo. Triste,sencillo, pueril, si se quiere, poco elaborado. Pero una verdad como un templo.
Y al otro lado, una agente de la Policía Local de un pueblo de Madrid cae abatida de dos tiros por un desalmado en un atraco a una jodida entidad bancaria, una mujer que con 62 años no quería estar detrás de un mostrador, y a su compañero le dan otro tiro. Preferían no pensar en los recortes, en las bajadas de sueldo, en las entradas zafias y crueles de tanto antisistema de boquilla que confunde el todo por la parte. Ahora le colgarán una medalla póstuma y la banderita de turno en el ataud, y a su compañero le darán un a palmadita en las espalda cuando se recupere, pero le recortarán la nómina a final de mes, y esa misma entidad bancaria, quién sabe: tal vez le envíe a su mujer un sms automático recordándole que el día 05 vence su hipoteca y no tiene saldo en la cuenta. Sí, ya lo sé. Esto es demagogia, y también, por desgracia, es verdad.
Existen buenas personas en todas partes, gente que cree que se pueden hacer las cosas en aras del bien común, que aman lo que hacen. Esperemos que más pronto que tarde, sean estas las que tomen las riendas de un futuro que, pese a quién pese, sigue siendo de todos. 

2 comentarios:

  1. Coincido contigo, Víctor. La "entrevista" -creo que hemos visto la misma- fue deleznable. Igual de deleznable es darle coba mediática a este personaje político, fiel seguidor del totalitarismo comunista más ortodoxo y recalcitrante.
    A veces me resulta increíble que la gente se escandalice con tantísima facilidad ante la mera pronunciación de las palabras neonazi o ultraderechista y, en cambio, se tolere que tipejos como éste defiendan abiertamente e intenten llevar a la práctica la ideología política más asesina y liberticida que ha existido.
    Por cierto, el "sindicato" que dirige este elemento, una organización minoritaria de la izquierda más extrema y radical que defiende principios ideológicos claramente totalitarios y antidemocráticos y que se caracteriza por sus bufonadas matoniles, ha sido beneficiaria de cuantiosas subvenciones públicas. ¿Desvirtúa esto el sentido de lo Público (sic)?
    Lo dicho, que me parece estúpido sacar en la tele a este sujeto puesto que significa darle lo que quiere: notoriedad pública. Esa notoriedad que su ausencia de brillantez intelectual y su ideología antidemocrática no le permiten alcanzar por otros cauces que no sean la bufonada y el matonismo.
    Además, como dice mi jefe, es inútil ponerse a discutir con un imbécil, te acaba llevando a su terreno y te gana por experiencia.
    En mi opinión, la única manera de dignificar la política es, precisamente, despolitizándola.
    Vivimos en una partitocracia en la que las cúpulas de los partidos dominan los tres poderes. Somos una sociedad clientelar que depende del Estado en todos los ámbitos de la vida social. Ello nos ha llevado a la mediocridad individual y colectiva, a la desincentivación generalizada de las iniciativas de crecimiento personal y a la dependencia más absoluta de las miserables dádivas del padrecito Estado.
    Y ahora explícale a cualquier parado que la fiesta se ha acabado, que durante décadas hemos creado monstruos político-administrativos insostenibles, que esa manera de hacer política nos ha arruinado y que la riqueza que presuntamente generaba el Estado en realidad eran anticipos que después deberíamos devolver con creces.

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  2. En esencia, estamos de acuerdo, amigo "anónimo" Yo frunzo el ceño cuando aparecen por ahí personajes encarnando la salvación (me da igual que sea tipo Gil o tipo Ché Guevara)No me gustan las personas que se creen en posesión de la Verdad y que deciden romper las reglas cuando a ellos les convienen. Y sí, como tú, yo también "huelo" el populismo, venga del lado que venga.Coincido contigo en que lo que esta crisis demanda (entre otras cosas) es una reforma profunda de la estructura del Estado, simplificándola y haciéndola más efectiva, suprimiendo duplicidades, y atajando de cuajo el clientelismo. Pero, corrígeme si me equivoco, me parece que aquí vamos a discrepar: yo soy un firme convencido del estado descentralizado, y creo que uno de los logros de la socialdemocracia europea es el Estado del Bienestar. ciertamente, el estado se ha convertido en un sistema paternalista, pero eso es achacable al descontrol administrativo por un lado, a la corrupción por otro, y a una sostenida y continuada política (del PSOE y del PP) de deshilachar la cohesión social, y de crear una sociedad de ciudadanos poco concienciados con sus deberes y sí con sus derechos. efectivamente, ahora hay que devolver lo prestado. Pero también hay que exigir responsabilidades por el despilfarro, cuando no robo, que se ha dado estas décadas y crear los mecanismos de control para que no se repita. No me parece justo, ni moral, ni éticamente, cargar exclusivamente sobre las clases productivas de este País la responsabilidad de este enorme fiasco. Un saludo

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